lunes, 17 de junio de 2013

Pako la Patatita (4) El Señor Todo a Cien

Paco la Patatita y Simon el Gruñon siguieron su camino hacia el mercad a comprar las lechugas que  la madre de Simon el Gruñon le había encargado.
Se estaba haciendo tarde, muy tarde y que pasaría si ya no quedaban lechugas en el puesto de la Señora Verde todo Verde? Simon el Gruñon empezó a sudar ya que su madre se enfadaría muchísimo con el.
¡Vamos!, mas de prisa, le decía a Pako la Patatita, ¡hay que llegar a tiempo en el mercado! Así que empezaron a correr, la casita de Simón el Gruñon iba de un lado a otro según avanzaba, nunca Simon el Gruñon había corrido tanto.
Empezó a sudar y le faltaba la respiración pero no le importaba, tenía que llegar a tiempo en el mercado.
Cuando de pronto se oía por el camino unos gritos de dolor y mas se avanzaban mas fuerte se oían los gritos.
Pero que esta pasando preguntaba Paco la Patatita. No lo sé le respondía Simon el Gruñon. Cuando de pronto veían  delante de ellos en el camino el Señor Todo a Cien. Andaba muy despacio y quejándose un montón. Ay, ay, ay, ay, decía. Al acercarse Simon el Gruñon y Pako la Patatita, Simon el Gruñon le preguntó, ¿qué le pasa Señor Todo a Cien. El Señor Todo a Cien le respondió, son mis zapatos, mi mujer me ha comprado nuevos zapatos y me quedan pequeños. Los dos, Simon el Gruñon y Pako la Patatita miraban a los zapatos del Señor Todo a Cien. El Señor Todo a Cien llevaba 100 zapatos, uno en cada pie, pero sus pies ya no querían avanzar, los zapatos le hacían demasiado daño. Pako la Patatita estaba muy sorprendido al ver tantos zapatos y le preguntó al Señor Todo a Cien como se había puesto todos estos zapatos demasiado pequeños. El Señor Todo a Cien rompió a llorar diciendo que su mujer le había obligado a ponerse los zapatos y le decía que por ser los zapatos nuevos podían apretar un poco. Pero pobre Señor Todo a Cien, los zapatos se le quedaban realmente demasiado pequeños y ya casi no podía andar mas. Atraído por los gritos del Señor Todo a Cien se le acerco Verónica la Mariposita que se le quedó mirando con cara de gran pena. Que le pasa Señor Todo a Cien le pregunto Verónica la Mariposita, que le pasa? Ay hija me duelen tanto los pies, mi mujer me ha comprado nuevos zapatos y me quedan pequeños. Verónica la Mariposita miró a los zapatos del Señor Todo a Cien cuando de pronto empezó a reír a carcajadas. Se reía tan fuerte que su cara cambio de color, se le puso todo naranja con sus grandes ojos verdes. No dejaba de reírse. Los tres, Pako la Patatita, Simon el Gruñon y el Señor Todo a Cien se miraban el uno al otro y no entendían nada. Verónica la Mariposita seguía y seguía riéndose no pude parar de reírse. Subía y bajaba en el aire, sus alas de colores la llevaban cada vez mas altas y altas hasta chocar con la Señora CuCuk que estaba sentada en el árbol tranquilamente. Cuidado gritó la Señora CuCuk me vas a tirar del árbol!
Verónica la Mariposita dejo de reír y bajo tranquilamente al camino y se sentó a lado del Señor Todo a Cien.
Empezó a hablar al Señor Todo a Cien, Mira Señor Todo a Cien, Usted tiene a cada lado de su cuerpo pies, los pies del lado izquierdo miran hacía la izquierda y los pies de la derecha miran a la derecha. Con los zapatos es lo mismo, pero si Usted pone el zapato que mira a la derecha en el pie que mira a la izquierda entonces sus pies le hacen mucho daño. El Señor Todo a Cien se la quedó mirando, no comprendiendo lo que estaba diciendo Verónica la Mariposita, cuando de pronto empezó a reaccionar, miró sus zapatos y lo vio, claro se había puesto los zapatos al revés. El Señor Todo a Cien se sentó en el suelo y empezó a soltar los lasos de todos los 100 zapatos.

Tardaba mucho ya que eran muchos zapatos, Verónica la mariposita y Pako la Patatita también empezaron a ayudarle. Después de mucho tiempo terminaron de cambiar los zapatos del Señor Todo a Cien, ahora el Señor Todo a Cien parecía mas contento ya no le dolían los pies, de pronto se puso a reír y a admirar sus nuevos zapatos, echando flores a su mujer por haber elegido zapatos tan bonitos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario